
Con arrugas bienvenidas
Con miserias de dos plazas
Con las vacunas vencidas
Con estas ganas haraganas
Sin saber que regalarte
Sin la gracia que pensabas
Sin los trenes que te dije
Y sin, si ya sé, mucho esmero en la batalla
Sé que sólo soy la sombra del bostezo de un príncipe azul
pero todos mis desastres andan cortos de salud
Y si soy primo lejano de lo que te prometía servos sabés,
tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien…
Cuando el olvido pida “mesa para dos” que sea con champagne y sin posdatas
Decime cielo, ¿Cómo cruzo hasta tu corazón con este ejército en retirada?
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