Si cundieran
los milagros, si no tuvieran
alergia a la primavera
las amapolas,
si pudiera, ángel travieso,
bucearpor los sótanos
de un mar preso en una caracola,
si no viajaratan sola
la luna
que se dispara,
tan hambruna y tan despacio
por el espacio,
si se murierala muerte
en un accidente de carretera,
si tremolara
desde el palacio de Orientela
bandera tricolor de la tercera
república en el balcón,
si sirviera esta canción
para que tú me absolvieras,
si no me dolieratanto
el corazón…
27 ago 2009
23 ago 2009
¿Quién sabe qué traerá la marea?
- Ambos sabíamos qué ocurriría.
Kelly lo pensó.
Sabía que tenía que olvidarme.
Yo lo pensé...y sabía que...que la había perdido.
Porque jamás iba a salir de esa isla.Iba a morir ahí..
.totalmente solo.
Iba a enfermarme, a lastimarme o algo.
La única elección que tenía...
Lo único que podía controlar...
era cuándo y cómo...
y dónde iba a ocurrir.
Así que...hice una soga...
y subí a la cima para ahorcarme.
Tenía que probarla, tú sabes.
Claro. Me conoces.
El peso del tronco...rompió la rama del árbol.
Así que...
Ni siquiera podía suicidarme como yo quería.
No tenía poder sobre nada.
Fue entonces que una sensación me arropó como una cobija cálida.
Supe...que de alguna forma...debía conservarme vivo.
De alguna manera.Tenía que seguir respirando...
aún sabiendo que no había ninguna esperanza...
y toda mi lógica me decía que jamás volvería a ver este lugar.
Y eso fue lo que hice.
Me mantuve vivo.
Seguí respirando.
Y un día se comprobó que esa lógica estaba equivocada...
porque la marea...
llegó y me trajo una vela.
Y ahora estoy aquí.
De regreso.
En Memphis, hablando contigo.
Tengo hielo en mi vaso.
Y he vuelto a perderla.
Estoy muy triste por no tener a Kelly.
Pero estoy muy agradecido de que ella haya estado conmigo en esa isla.
Y ya sé lo que tengo que hacer ahora.
Debo seguir respirando.
Porque mañana saldrá el sol.
¿Quién sabe qué traerá la marea?
Kelly lo pensó.
Sabía que tenía que olvidarme.
Yo lo pensé...y sabía que...que la había perdido.
Porque jamás iba a salir de esa isla.Iba a morir ahí..
.totalmente solo.
Iba a enfermarme, a lastimarme o algo.
La única elección que tenía...
Lo único que podía controlar...
era cuándo y cómo...
y dónde iba a ocurrir.
Así que...hice una soga...
y subí a la cima para ahorcarme.
Tenía que probarla, tú sabes.
Claro. Me conoces.
El peso del tronco...rompió la rama del árbol.
Así que...
Ni siquiera podía suicidarme como yo quería.
No tenía poder sobre nada.
Fue entonces que una sensación me arropó como una cobija cálida.
Supe...que de alguna forma...debía conservarme vivo.
De alguna manera.Tenía que seguir respirando...
aún sabiendo que no había ninguna esperanza...
y toda mi lógica me decía que jamás volvería a ver este lugar.
Y eso fue lo que hice.
Me mantuve vivo.
Seguí respirando.
Y un día se comprobó que esa lógica estaba equivocada...
porque la marea...
llegó y me trajo una vela.
Y ahora estoy aquí.
De regreso.
En Memphis, hablando contigo.
Tengo hielo en mi vaso.
Y he vuelto a perderla.
Estoy muy triste por no tener a Kelly.
Pero estoy muy agradecido de que ella haya estado conmigo en esa isla.
Y ya sé lo que tengo que hacer ahora.
Debo seguir respirando.
Porque mañana saldrá el sol.
¿Quién sabe qué traerá la marea?
17 ago 2009
S¼

Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.
14 ago 2009
Todo es mas lindo cuando no estoy.
Lo primero que quise fue marcharme bien lejos; en el álbum de cromos de la resignación pegábamos los niños que odiaban los espejos guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York. Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida le pedí que a su antojo dispusiera de mí, ella me dio las llaves de la ciudad prohibida yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo di. Así crecí volando y volé tan deprisa que hasta mi propia sombra de vista me perdió, para borrar mis huellas destrocé mi camisa, confundí con estrellas las luces de neón. Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos, sobre el banco de un parque dormí como un lirón; por decir lo que pienso sin pensar lo que digo más de un beso me dieron (y más de un bofetón). Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna, lo que sé del pecado lo tuve que buscar como un ladrón debajo de la falda de alguna de cuyo nombre ahora no me quiero acordar. Así que, de momento, nada de adiós muchachos, me duermo en los entierros de mi generación; cada noche me invento, todavía me emborracho; tan joven y tan viejo, like a Rolling Stone.
3 ago 2009

Con arrugas bienvenidas
Con miserias de dos plazas
Con las vacunas vencidas
Con estas ganas haraganas
Sin saber que regalarte
Sin la gracia que pensabas
Sin los trenes que te dije
Y sin, si ya sé, mucho esmero en la batalla
Sé que sólo soy la sombra del bostezo de un príncipe azul
pero todos mis desastres andan cortos de salud
Y si soy primo lejano de lo que te prometía servos sabés,
tampoco el mundo hace las cosas demasiado bien…
Cuando el olvido pida “mesa para dos” que sea con champagne y sin posdatas
Decime cielo, ¿Cómo cruzo hasta tu corazón con este ejército en retirada?
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